Don Agustín Sokolovski
Hoy, 8 de enero, domingo después de la Natividad de Cristo, la Iglesia Ortodoxa celebra la memoria de San José.
Al hablar de José, la Iglesia subraya que José era el esposo de María según la Ley. Sin embargo, la relación entre ellos era pura y no tenía contenido marital real.
Esto está relacionado no con alguna actitud especial de la Iglesia hacia la comunión de los sexos, que la Biblia, como la Iglesia, bendice enteramente, si es de acuerdo con el plan del hombre de Dios, sino exclusivamente con la esencia del cristianismo.
Según la fe de la Iglesia, el Señor Jesús era la Nueva Creación. No fue una mera continuación del género humano, sino que, como el primer hombre, Adán, fue recreado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María. Al mismo tiempo, y esto es quizás lo más difícil, su personalidad es el mismo Hijo de Dios, la Segunda Hipóstasis de la Santísima Trinidad, que en Cristo recibió el nombre humano de “Jesús”.
Así entró Dios en la historia. Y este es el increíble gran propósito de María y José. María es la Madre de Jesús según la carne, José es su padre según la Ley. Es importante recordar que la Biblia enfatiza constantemente que la Ley de Dios está por encima del parentesco según la carne.
Con respecto al Justo José, los Padres Orientales de la Iglesia no dejaron ninguna obra o sermones específicamente dedicados a la personalidad de José. Los Padres interpretaron las Escrituras. En ellos todo sobre José se dice con la mayor claridad.
La excepción aquí son los Padres Occidentales. Así, Jerónimo denuncia la falsa enseñanza de varios apócrifos y habla de José como ejemplo de virginidad.
A su vez, el joven contemporáneo de Jerónimo, el Doctor de la Iglesia cartaginesa, Agustín, ve en José la imagen de la Gracia y un ejemplo a seguir. Porque en él, José, al mismo tiempo, se revelaron plenamente las virtudes del matrimonio y la virginidad, la vida familiar y la abstinencia del matrimonio.
Para nosotros es importante recordar que Jesús es el Hijo de David, precisamente porque el hijo de David por origen, según la genealogía, fue José. Así resulta que entre el Señor Jesús y el Justo José hay una conexión especial. Algún vínculo especial de filiación mutuamente otorgada.
En efecto, gracias a José, Jesús es el Hijo de David, y por tanto, según las profecías, el Mesías legítimo y verdadero. José es un antepasado, además, el padre legítimo del Mesías y al mismo tiempo hijo del Padre Celestial gracias al Señor Jesucristo.
Según el evangelista Mateo, fue José quien le dio al niño Dios el nombre de Jesús (Mt. 1:25). Un ángel se le apareció a José. El le hablo. Le mostró el camino. También se le dijo la hora de su regreso de Egipto.
Resulta, según dice el Evangelio, que José es el verdadero cabeza de familia. Lleno del temor de Dios, amor y responsabilidad. Jefe de la Sagrada Familia.
Todo lo que sucede aquí es según el Don. Y significa gracia. Porque la gracia es un don.
En San José se revela un ejemplo para los cristianos ortodoxos que viven en matrimonio. En él hay un ejemplo de monjes. En él es una bendición para aquellos que han elegido el camino de la soledad.